Si se te cae el corazón, que tu voluntad lo levante.
Juan Carlos Luis Rojas
Todo es uno. Hay un hilo conductor que relaciona a las partes con un todo. Pero las partes deben hallar una consciencia del Todo... Un poco de aquí y de allá.
sábado, 17 de noviembre de 2018
Cae el corazón
sábado, 17 de marzo de 2018
Sigue!!
Para qué salvarse... Pregunto.
¿Sólo para ir más allá?
¡Ya alguien levantará tu bandera!
¡No te asustes si los timbales
resuenan en tu pecho
para la señal
de la carga última y sorpresiva!
Ve por el sendero
¡augusto!...
Con la voluntad hacia adelante
pero libre...
¡Ya habrá de emerger
por instinto colectivo
la unión fuerte
de las manos combativas!
¡Ya alguien dijo...
"no te salves"...
Ya no pienses en misiones inconclusas
ni baluartes conquistados...
¡Sólo ve!...
¡Ve por el sendero incierto del ocaso!
O ven,
de nuevo/
desde el fantasma astral y esperanzador
de la aurora.
Observa ¡qué bello es el soláceo color
de las hojas de otoño rozando tu pelo al caer!
Relajadas bajan,
acaso una forma de dejarse elevar...
en un leve torbellino que juguetea con la vida
y con las muertes...
Son caras de una misma moneda
la que debes elegir.
¡No hay otra consigna, que, avanzar!...
¡Sigue!
Recuerda: ¡No es que la vida te debe!
¡Tú, le debes a ella!...
Emociónate con esa ventaja del crédito.
Es sólo a partir de creer
que habrá de ser posible crecer.
Si te detienes...
sea sólo para más fuerza.
Debes seguir...
¡Sigue!
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
jueves, 13 de agosto de 2015
Esfuerzo y límite
Si es necesario: ¡Secar las aguas!
Si es necesario: ¡Hacer florecer los desiertos!
Eso suele ser poesía.
Es poesía.
Esfuerzo...
y de nuevo el esfuerzo.
Es verdad, podemos rendirnos, podemos cansarnos, podemos caer...
Pero también es cierto que el humano ha llegado a límites inimaginables, a logros increíbles; aún en medio de tragedias.
Ni siquiera nosotros mismos sabemos con certeza hasta dónde podemos alcanzar.
¿Cuál es nuestro límite?...
Justamente por esto, no estamos autorizados a juzgar con alguna enfática arrogancia, ni los sacrificios, ni las caídas del prójimo. (A menos que se nos haya contratado como coaching).
Cada uno se planta ante la vida o ante la muerte, como puede.
No siempre podemos depender de los sistemas que supuestamente están para darnos una cobertura, (ni servicios comunitarios, ni políticos, ni estado).
Es aquí es una de las circunstancias en donde queda sólo, el HOMBRE, el humano... Sólo con su propia fuerza, sus propias iniciativas y decisiones.
A menos que sucumbamos a la derrota, siempre algo podemos hacer.
Y aún más, ¡debemos hacerlo!... en esos momentos en donde el asunto se trata, de vida, o de muerte.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas