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martes, 29 de mayo de 2018

Sueño después del sueño

Pude soñarte
    una vez más esta noche
y arden mis ojos
    vueltos a la suave grama que transitas
        cuando la inquietud interroga de inmediato.

¿Dónde estarás
    cuando buscando la primera luz
        se abren las ventanas de mi ser?
¿Luz de quién
    entonces
        será tu rostro?

Y en esta mañana que te pienso/
cuando pretendo distraerme
    en el desenredo del silencio/
en esta mañana de ausencia y lejanía
¿Qué sentirá tu piel
qué tus manos
    añoradas de mis dedos?

El boceto de esta niebla de otoño
    divaga entre el recuerdo....
        y es así que me ilumina
            ...pero extraño sin embargo
        la danza discreta de tu andar...
    el fuego rítmico que encendemos/
La flor de tus labios conjugada en la sonrisa.

Veo tu luz
    en las sombras de la luz
        adentrándose en mi alma/
    con su brillo/
y la elocuencia completa de tu mirar.

Suena el ventanal de mi balcón...
    son los suspiros    descubro
        que se derrumban juguetones con el viento.

¿Volverás quizás    a cultivar
    al menos
        los surcos de mi calma solapada?...
Sólo me responden
    el misterio gris de esta niebla
        y el viento sibilante
    que atenaza a las paredes

¡Qué terco el sentimiento
    que deja este mensaje
        como un puente sublimado/
            un puente que se extiende
                 hacia la otra orilla ansiada del regreso!

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 15 de diciembre de 2017

Nostalgias

La de tus ojos.
Tal vez como la que a mi alma invade...
Ese ser y no ser
en tanto poseer y no,
lo deseado.
Cuando hace mella en mi latir
tu corazón de distancia
que camina en su soledad
extraño de mis pasos.
Que muero en lo ambiguo de sentir
y desear que no...
Para no caer en ese abismo,
almácigo de las angustias.
Crisol de mi soledad sin ti...
Reverberación de sonidos en el aljibe
que agitan mi desesperación...
Y estás  sin embargo...
¡Cómo  decirte!
Cómo  explicarte...
si acaso es lo que sientes
y comprendes...
Te acompaña un brillo en tus ojos
cuando muerdes tus labios...
Amengua, mi soledad,
nuestra soledad tal vez.
Pero la nostalgia
rodea el plantío del amor...
Invade.
Hiere.
Como un clavel del aire
se adentra
en el tronco rudo de mi pecho.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 14 de julio de 2016

Temblor

Inútil sofrenar,
que de mirarte
se desboque 
un galopar...
en mi pecho.


Es que me rebasas
con tus ojos
que envuelven
con su luz
la paloma asustada
de mi ser...


Tu sonrisa tibia
modulando va
esa mirada tierna
de mar
en temblor vivo,
humedad
y rumor
en el suspiro
hendiéndose en mi
desde su capullo
deseable de libar.

De los labios
que tenue y suave
aspiran
alientos y suspiros
pétalos de rosas son
para mimarme en su perfume.
Es sino de su sino
desflorarlo en besos
que al ser amado
tornen aún
más hermosos
latiendo
en rojo punzó
su pasión de ser..
el gozo de amar.

jueves, 30 de junio de 2016

Entre luz y sombra

Ver en vos
más allá de la luz,
más allá de las formas y colores...
Lo des-lumbrante.
Allá detrás,
por debajo,
y en las sombras
donde brota la poesía...
Allí donde suman y rezuman
los misterios...
Aquí veo sin embargo,
siento,
siento en mis dedos,
sobre tu piel,
el cálido asiento de tu collar...
Digo modestamente
cálido...
Ese colgante
que liberarse quiere,
y desde la orla sobre tu cuello
intenta subir a tus valles,
hacia las dunas,
para asumir victorias en sus domos...
Dunas
¡lunas asomando
tras la cordillera misteriosa
de tu ser!...
El lunar,
celoso guardián de tus labios...
¡Labios!...
¿Que artista lo diseñó
con la inspiración de lo sensual?...
Sutiles ellos,
hermoseando,
como fino escabel,
a la cruz vivaz
de tu rostro.
¡Cuánto dirán tus misterios,
cuántos susurros tus labios!
Murmurios en el fondo de tu alma
donde yo
te escucho sinfonías...
o una tormenta de gritos
silentes
en tu boca,
sazonada mies
en la maduración del panal...
Hay caminos en ello
sorteando desiertos
entre amaneceres y ocasos,
entre el maná de tu vida...
Pero defino que tu boca
es sello azul de la tristeza,
o el sabor de la alegría,
que apetece
lo que quiere recibir
lo que puede dar
¡lo que habría de darme!
Más allá,
de sí mismo.

domingo, 12 de junio de 2016

El beso aquel


Y poner el sello en tus labios
quisiera y acaso pudiese...
cuando mi boca bebiese de su cáliz
y donde mi lengua entendiera,
del sabor de luz y dulzura en su cántaro...
Que en un movimientos de ríos
unifiquen
sus sales
victoriosas
y cual sauce
el movimiento alear
de tu cabellera vertida
acaricien las aguas libadas
que sobre arrobada piel...
¡allí van en deleite!
¡Adormecerme!
en tu rostro dormido...
en tus ojos
a media luz del ensueño.
Acaso sentir de tu pecho
sus tibios domos lunares,
de tu cordillera,
estallando en el mío.
Y qué dira
aquel fondo
misteriosos
de tu mirada
donde un anhelo anida
y donde un deseo vehemente
atiza
de hermosa esplendencia
su luz.
Como niña que espías
tu ventanita en azul
donde desbordan tus ojos
sonrientes de asombros
y de luz incipiente
de piel que nace al amor.
Así es
que se arraciman tus labios
se arrebujan en sus comisuras
inquietos
esperando,
esperando,
el beso aquel
que nunca llegó.

miércoles, 25 de mayo de 2016

En ti


Te miro y remiro
modulando esta luz
sobre el haz vertiginoso
de un suspiro.
Acaso pudiese arrebujarme y anidarme
en ese capullo floreciente de tu rostro...
allí germinarme y germinarte
en el comienzo de nuestros tiempos,
y en un empujoncito más de vida
darnos el gozo de ser,
en el uno y en el otro
un camino sin final
de la dicha...
Desde esa flor
que compone tu mirar,
que tiene el color
de la hermosa calidez,
y que me envuelven
desde tus ojos
como pastores,
arreando a la manada de mi sangre...
la que hace sus delicias
nutriendo mis cimientos y simiente...
Déjame al menos,
lo acontecido,
en la memoria de mis ojos
en la memoria gustosa de mi boca
ese intercambio de cristales sensitivos
en la mirada
ese fluir osmótico de mieles
entre tu boca y la mía.
¡Deja! que mi memoria
así permanezca,
en ti,
en mi.

martes, 17 de mayo de 2016

Rubores de aurora

Oh, raro evento que jugando
te meces en mi pecho...
que, rubores de aurora
se abren como rosas
en este, mi anochecer.
Desde tu piel que sonroja
y matizas en fucsia atuendo
para hacer que las estrellas
paladeen tu hermosura.
Y acaso me mires
y completes el hechizo.
Y acaso murmures
y me digas tu sentir.
Que en un suspiro liberado
sueltes las alas de tu amor,
vuelo hermoso que no retengo,
y con esta dicha de mirarte
germine un brote hacia el alba
ya henchido el pecho, del amanecer.
Tus labios, que son sendas de la miel
se ajustan en la sonrisa de tus ojos
en la picardía vibrante de tus pechos...
¡Allí yacen, en la memoria de mi boca!
Donde tus rizos, trigo acariciante,
se deslizan en laderas de mis muslos
que no son los tuyos de ávida fortaleza,
bellas columnas en el templo de Eros,
devorando, sus naves y abadías
elevándome de gozos y victorias,
sien alerta y sensible de mi espíritu.