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viernes, 30 de junio de 2017

Universo de colores

Universo de colores

Es evidente que, muchas veces, no desplegamos la capacidad de ver lo diverso. Y algunas personas tenen su espectro muy acotado y viven en sus extremos. Parece que resulta difícil o imposible hacer balances. Entonces todo resulta negro o todo blanco. Parece que resulta mas fácil ir del amor al odio o viceversa que ver las cosas en su contexto y circunstancias. Hasta los políticos, cuando son votados, creen que hay aprobación, sin excepción, en todo su paquete de proyectos y medidas; y los (acaso, muchos eleccionarios y votantes), suelen ir de fanatismos extremos, a la desidia de la indolencia y el "no me importa".
En el entorno familiar, los padres pueden ir, de una educación "castradora" o otra totalmente liberada y laxa...  ¿Parece que se les hace difícil discernir, lo bueno o lo malo, de lo uno o lo otro?...
El humano se suele aferrar a un color sin ver los otros colores del espectro. Desde ya, tenemos cierta incapacidad, como especie, de no poder ver alguna franja de frecuencias,  que, sin embargo, sí pueden hacerlo otros animales.  Gran parte de esta condición, es anteojera de nuestra mente, donde esa imposibilidad es sólo debido a nuetra terquedad y obcecada condición mental , que sólo ve bultos, y no es capaz de discriminar, discernir, partes, detalles, ideas, circunstancias. Es por la irracionalidad y pobreza de espíritu que los hombres suelen necesitar jueces y mediadores.
Vivimos incapaces de ver nuestro Universo a pleno. Muchos suelen cometer el grave "pecado", de juzgar por un acto, la calidad total de una persona. Por una sola actitud errada descalifica a uno; o por una bonanza de otra, la hace totalmente buena.
Por esta suerte es, que moriremos, seguramente, con los mismos juicios con que hemos juzgado.

No juzgues... pero sí

Es cierto. De una u otra manera seremos juzgados. Es cierto también, aquello de que: "con la misma vara con que ustedes miden, se les medirá". Mat. 7:1-29. Y, sin embargo, por otro lado, no podemos andar por la vida sin tener algo de juicio... juzgar en cierta forma. Allí estriba nuestra responsabilidad. Tender hacia el bien. Juzgar con ecuanimidad.
Tomamos decisiones en cada momento que requieren de nuestro criterio y definición. Vivimos en un mundo en donde necesita construcción y corrección. A menos que seamos ermitaño o egoístas, debemos intervenir en él desde nuestras capacidades y posibilidades, pero fundamentalmente desde nuestro amor, que es lo que va a definir la calidad de nuestros actos. Significará responsabilidad, y a la vez, atenernos a las consecuencias. Es muy fácil la felicidad de aquellos que se olvidan hasta de sus seres más cercanos, o cumplen, apenas, como si un animal fuera. O aquellos, que con la excusa de atender a su entorno se desentiende del mundo hasta en lo más pequeño. También el querer escapar de responsabilidades suele ser estresante, enfermizo y enfermante... "...el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho." Luc. 16:10
Juan Carlos Luis Rojas

lunes, 29 de octubre de 2018

Vibración

"Todo en nuestro Universo está en un estado de vibraciones, y compuesto de partículas transcurriendo en espín infinito; instantes que forman, deforman y conforman.
Y así también nuestro abstracto tiempo de vivir, de sentir... Fragmentados instantes que se unen para formar, acaso una ilusión, acaso un sueño."
Juan Carlos Luis Rojas

https://todo-es-uno.blogspot.com/search?q=Universo

jueves, 9 de julio de 2015

Hay otra independencia más grande

Buen día a tod@s, familia, amigos...
EN EL DÍA DE LA INDEPENDENCIA ARGENTINA
"Hay otra otra independencia (quizás la más grande), que debemos forjar y cuidar cada día: la de nuestro propio ser para con nosotros mismos, y ante nuestra mente contaminada de culturas y crianzas limitadoras en exceso. Libertad e independencia, pero considerando la responsabilidad ante la realidad en la existencia verdadera, en las fases, virtual y concreta, de nuestro Universo y entorno.
La batalla más grande del hombre es la lucha para controlar su propia mente; la que lo sujeta en sus miedos y traumas, evidentes e insondables. Sus luchas visibles e invisibles."
Juan Carlos Luis Rojas


ACTA DE LA INDEPENDENCIA ARGENTINA EN 1.816
"En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de 1816: terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España, los representantes sin embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, pueblos representados y posteridad. A su término fueron preguntados ¿Si quieren que las provincias de la Unión fuese una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamaron primeramente llenos de santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime y espontáneo decidido voto por la independencia del país, fixando en su virtud la declaración siguiente:
"Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas, y cada una de ellas, así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, baxo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración." Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios."
(Firman abajo)

jueves, 9 de marzo de 2017

Universo

El Universo... establece sus leyes en sí mismo... A diferentes grados y presiones nace la mica, el granito, el acero, la gravedad... Las sencillas y complejas armonías, orden, y el caos aparente...
Juan C. L. Rojas

miércoles, 28 de junio de 2017

Libro de la vida

Libro de la vida

"Las partes no pueden abarcar al Todo... Sin embargo, sí, pueden aprender a tener conciencia del mismo; y es allí, creo, donde debemos apuntar:
Buscar, que cada nota propia, "calce" y haga a  la armonía de la orquesta universal... ¿Demasiado pedir?... No importa en qué parte del Universo, el asunto es: que busques en tu lugar, la página que te corresponde  para compaginar, este "libro" de la vida, en el que andamos a tientas.
Pero, ¿que será tener conciencia del todo?..."
Juan C. L. Rojas
https://todo-es-uno.blogspot.com.ar/search?q=Universo+


domingo, 30 de agosto de 2015

El tiempo en nosotros y el Universo

¡Buen descanso a tod@s!
"...Y es el tiempo, al fin, que en la finitud de nuestra inmediatez, transita en dos sentidos, ascendiendo o descendiendo la relación de esencia y sustancia; y sin embargo en su infinitud buscará el equilibrio de la reparación en ley implícita del Universo... Al presente nos permitirá, acaso, orientarnos en la disposición que pretendamos."

lunes, 5 de noviembre de 2018

Pequeñez

Va discurriendo
el pequeño universo
de cada quien,
molécula azul de lo infinito.
Tejiendo en el marco estelar
la feroz puntada  del vivir.

Una luz penetra
iluminando de albor... 
Albur de claridades,
mientras una sombra mece
su negritud de incertidumbres.

Conllevo y sopeso una ruta
de estimaciones siderales
sobre el tren de la discordia,
bajo la luz de la armonía
Y rueda que ruedan los días que avanzan inexorables.

Quietud maldita
en tiempo raudo,
qué pretende conciliar
las horas de la desazón.

El río de los día moja sensaciones de esperas
qué secan en la desesperanza...
Quizás
la agonía de un sueño,
tal vez,
el agujero en ebullición
de la calma
donde volverá de nuevo
a expandir...
Volverá a empezar...
Siempre
volver a empezar.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

https://todo-es-uno.blogspot.com/search?q=empezar

domingo, 12 de marzo de 2017

Tus manos

Canción que huele a hogar
    son tus manos.
Canción que suena
    a luchas y refugios.
Letradas son/
    de fríos
        y auras otoñales.
Adalides/
    que husmean la tristeza
        de estos hombros.
Piel de lo profundo
    que distiende la crispación
        de mis propias manos.
Los ojos de sus dedos
    planchan
        el cuello de mi camisa.
Corrigen/
    el descuido bohemio
        de mi pelo.                                                                              
Tal vez juegan a la ternura                                                                   
    tus manos/
¿Será su juego
    la esencia del amor?
Torpes son tus manos/
torpes de bellezas
    cuando caen sobre mi espalda
        levantando mi sonrisa.                                                                           
Pabellones de universo las mías
    que huelen a riachuelos
        y a barro.
Hundidas semillas las tuyas
    ocultas/
        en el misterio de amar.
Sí    surten alivio tus manos
    a la transparencia azul
        de mi aliento.
Frescas    simientes
    de abrevada tierra.
Canción que dulce suena.
Hiedra/
    que sutil su piel bifurca
        en las almas...
¡de estos!
    mis muros sedientos.

Autor: Juan C. L. Rojas


miércoles, 4 de mayo de 2016

viernes, 8 de agosto de 2014

Carroza de fuego - (Narrativa de Juan. C. L. Rojas)


La soledad, el aburrimiento; ver que todo el mundo se divertía mientras él estaba confinado entre esas murallas, le producía a veces intensas ganas de escapar. 
A la imperiosa necesidad de libertad se agregaba el fuego de la adolescencia, apremiándole, transmutándose en formas de travesuras y trasgresiones.  Recordó que era la última fecha de corsos y comparsas.
“De todos modos voy a ir”, pensó, “aunque se entere el gringo... es probable que algún vecino chismoso le cuente”. 

La sombra de la tarde caía sobre los naranjales; la quietud calurosa del día sumaba también al caldero de sus pensamientos.  -¡Iré de todos modos! –se dijo en voz alta reafirmando la decisión.  La fuerza del anhelo pudo más que el temor a las palizas y se preparó para viajar. A las nueve de la noche partiría el único micro hacia la capital correntina. Sin embargo, cuando se acercó a la salida, le sobrevino la duda consumiéndole minutos que no le sobraban.  -¡Maldito ruido del portón! –murmuró. “¡Es irremediable! ¡El doctor se va a enterar!”, pensó. Quedó paralizado.

La opresión implacable suele construir al miedo. Ese temor creaba en él la sensación de estar perseguido, pero su voluntad volvió a la carga; observó hacia un lado y el otro, se trepó al muro y saltó hacia la calle. La paranoia lo acompañó en la forma de muchos ojos que lo perseguían; pero avanzó deprisa, escapándose.  

“Almacén de ramos generales de Sáez y Cia.”, decía el letrero bien grande sobre la entrada del comercio. Un micro con el motor encendido, parado en la boca del galpón contiguo al negocio, le hizo acelerar el paso. Se dirigió a quien parecía ser el chofer, que esperaba fuera del transporte.
-¿Para ir a Corrientes, señor? -le preguntó. 
-¡Allá tenés que sacar pasaje, pibe! ¡Pero dale que nos vamos!
 –“Este se piensa que uno nace sabiendo”, pensó, mientras caminaba a sacar el pasaje. 
“Ya estoy en marcha, ¡deténganme si pueden!”, pensó, al tomar asiento. Su respiración y actitud denotaban sentido de logro. Ya no tenía la molestia de la indecisión rondándole en la mente; pero estaba aturdido, excitado en su alegría. No operaba en él otra cosa más intensa, que la fuerza de atracción por la libertad compeliéndolo entre las fibras del riesgo.  
-¡Pasajes! –se oyó en los asientos de adelante. 
Esa voz, elevada por sobre el murmullo de las conversaciones, cortó de manera abrupta sus pensamientos. Se puso lívido. Su palidez se enfrentó a la sonrisa burlona de quien avanzaba por el pasillo con un talonario en la mano.   
-¡Boletos!...¡Conque yendo de farra, eh! –le dijo el inspector, inclinándose sobre él mientras cotejaba los papeles. Atinó a esbozar una sonrisa tímida como respuesta, mientras pensaba: “¡Este chismoso metido! ¡Seguro que le va a contar al padre! ¡Ese viejo burlón, cuando se encuentre con el alemán!... ¡Se va a enterar!  Mientras pensaba esto, ya no veía a su interlocutor que aún estaba allí verificando el talón de pago, si no al panorama de su imaginación, donde se miraba a sí mismo, bailando al compás de las patadas y sopapos del alemán, propinadas como castigo por el paseo clandestino. La paranoia le hizo sentirse otra vez blanco de las miradas, pero dio un vistazo como al descuido y observó que había otras personas entre los pasajeros a quienes también conocía. Al verlos pensó: “Al fin de cuentas todos están ocupados en lo suyo”. Se recostó en el respaldo relajándose. 

Cuando llegaron no tuvo necesidad de preguntar la dirección del corsódromo; por las conversaciones que escuchó mientras viajaba, supo quiénes de los pasajeros se dirigían hacia allí y los siguió.  A medida que caminaba las pocas cuadras, los condimentos de la emoción dosificaban en su cuerpo la adrenalina que le hacía brillar los ojos y le daba un leve cosquilleo en el estómago. Música, serpentinas y luces acentuaban el clima de ambiente festivo; de algún lugar venían a mezclarse sonidos de percusión. Deprisa se metió entre la gente filtrándose hasta el centro más tumultuoso. Buscaba un lugar cómodo, donde pudiera ver; el apretujón le hacía transpirar y andar errático. Logro ubicarse, por fin, cerca de un grupo de chicos, tal vez por casualidad, o más bien porque sus ojos fueron arrastrados hacia allí con un imán poderoso, que doblegó totalmente sus miedos y pudores.

La niña (no tan niña por las curvas ostentosas y su modo de mirar) se contoneaba rítmica y delicadamente al son de la música. Toda su actitud era una inequívoca y graciosa invitación a lo sensual. 
-¿Y este deleite de mango maduro? –murmuró, mientras apuntaba sus ojos en el centro mismo de la mirada femenina que se desvió, luego de detenerse un instante en él. 
-¡Qué me importan las palizas! –murmuró otra vez-. ¡Todo lo que me habría perdido si no venía! 

La murga que inició el orden del desfile, aumentaba el sonido de parches y batientes al acercarse;  cada golpe de los tambores era también una excusa más para el acercamiento y el roce de los cuerpos.  Ahora la mirada de la niña volvía a él y entraba sin recato en el alma de sus ojos, en su sangre; dándole además la yapa de una sonrisa que inducía en sus deseos le interpretación de permisos inconfesables. 

-¡Tengo que acercarme un poco más! -se dijo, entre divertido y ansioso.  Volteretas de payasos ruidosos delante de la marcha, los distrajo por un momento del hechizo erótico. La comparsa, Copacabana, avanzaba con bailes y cánticos, entre brillos y luces, al compás de ritmos delirantes y estruendos, que cargaban molécula a molécula la libido adolescente. En lo alto de la carroza, la reina movía la hermosura de su cuerpo, vestida de tenues plumajes, al tiempo que parecía sonreírle a cada uno de los espectadores, de quienes se veía la respuesta en la excitación de sus ojos.  Pero Juancito Gómez, ya no dedicaba atención a esa belleza encumbrada en la sensual carroza de fuego, colmada de luces y ornamentos. Su generoso embeleso estaba allí, en la niña que cercana a él, no sólo le extraía sonrisas, sino también, le ponía burbujas en la sangre, susurros en los labios, que aunque no se escucharan con nitidez, ambos lo entendían.  Rozaron sus manos dos veces; a la tercera sensación de tibieza sobre su dorso, él tomó la de ella, mientras todo parecía moverse en la vorágine enloquecida. Ya no tenía noción de tiempo; sólo sentía instantes placenteros sucediéndose sin conciencia de transición.
“¿En qué momentos fue que la tomé de la cintura?”, pensaba embriagado de éxtasis, sonriente. La relación fluía sin esfuerzo, como el desenvolvimiento normal de la naturaleza. 
-¡Vamos! –leyó él en los labios de ella, que señalaba  la tarima donde se apoyaban sendos bafles.
Sin dejar de bailar, sin soltarse la mano, fueron desplazándose hacia ahí.
No tardaron los besos. Sin remordimientos se olvidaron del mundo.  Otra comparsa desfilaba ahora, entre serpentinas, espumas y matracas. Este grupo tenía más agilidad en el ritmo musical y el movimiento coreográfico. Mientras Copacabana se manifestaba en la suntuosidad de los atuendos y ornamentos, Ara Verá sobresalía en la belleza de las figuras del baile y de las jóvenes, enfundadas en su propia piel, con alguna escasa vestidura y brillos relucientes.  
Recostados en la tarima, él y la niña, vibraban acorde el sonar de los altavoces, pero también ellos estaban en sintonía y resonancia entre sí. El lenguaje de la mirada sugestiva de la niña otra vez actuó y Juancito Gómez entendió el favor de las circunstancias; ambos se sentaron a descansar (si vale como excusa), sobre una madera que unía las patas del mesón; pero eran ciegos espectadores del desfile; tal vez alguien lo era de sus besos.
Un hule misterioso, inesperado,  que cubría la parte libre de la tarima y que rozaba sus cabezas les llamó la atención.  
-Agarrá la tela con tu mano derecha  -le dijo él, al oído, mientras hacía lo mismo con su mano izquierda. Ella sonrió con ganas al darse cuenta de la picardía.
Fueron jalando el paño detrás de sus espaldas.  -Un poco más -le pidió él, y el hule tocó el piso. 
Algo continuaron hablando cada uno en el oído del otro, mientras la carroza de Ara Verá se acercaba lenta y monumental. Ambos se hallaban prestos y ansiosos, con su mano aún aferrando el orillo de la tela. Él observaba el desplazamiento de la sombra de la carroza; sombra que barría con lentitud al gentío en las primeras filas de las gradas; la gente embelesada dirigía sus ojos a lo alto de la muestra rodante, pero la atención de los jóvenes era algo simple: nada más que la ubicación de la carroza y su sombra al desplazarse, lo que ahora ya pasaba sobre y delante de ellos; y entonces con un sólo movimiento de sus brazos se ocultan; mientras una oscuridad barre el hule, y otra los cubre en su pequeño universo íntimo.  Rieron sólo unos instantes bajo la cubierta del pliego y los tablones; luego transformaron su risa en susurros, besos y caricias.
Se hallaban hundidos en el abismo del bullicio que ya no oían; solo sentían el placer en la paradójica comunión de jadeos y gemidos.   El camino sonoro de la noche fue perdiendo decibeles; fue menguando la intensidad de la algarabía; los ojos se alargaron en la despedida indeseable y golpeó el adiós impertinente a un momento juvenil sin preguntas y sin respuestas.
Ahora el regreso, con la soledad del pensamiento donde la niña aún permanecía en imagen, su cuerpo, sus ojos. 
Bocinazos insistentes le hicieron levantar la vista del suelo. Del Jeep, que en el medio de la calle aceleraba su partida, veía la efusividad de unas manos agitándose en una ventanilla; el saludo provenía de una silueta joven de mujer.  “¡El Jeep del intendente!” murmuró, mientras respondía al saludo.
“¡Es María!”, se convenció regodeándose entre incrédulo y regocijado.  Su amor inconfeso de séptimo grado, oculto en su corazón, la dueña de la mirada más hermosa, la que apoyaba el rostro en el pupitre sobre su brazo para mirarle desde una punta de la sala hasta el otro extremo donde se ubicaba él, ¡estuvo allí mismo, entre ese gentío, y no pudo verla! ¡Ahora va ahí, atrapada en el auto de su padre, el intendente de Paso de la Patria con quien trataba el alemán!

Su actitud oscilaba de regocijo a preocupación, de preocupación a regocijo. ¿Se enterará su tutor mediante esta nueva vía posible del chisme, acerca de  la travesura de haberse ido a Corrientes sin permiso?.  El viaje de regreso fue calmo y adormilado, pero con gran actividad de sus cavilaciones.  “¡Me saludó tan efusivamente!... ¿Será que me quiere?... Y yo jamás le dije lo que siento por ella, ¡qué bobo!... Pero esta... ¡qué regalo de carnaval!... Ofelia...  ¡Qué nombre, pero qué linda!...¡ni siquiera le pregunté la dirección!... Para qué, si nunca podríamos vernos. ¡Oh, Dios! ¡Qué es esto que se siente! ¿Gané?... ¿Perdí?... ¿Es placer o es angustia recordar? Otra vez el encierro, esperar... cuando sea no sé qué...”. 

Al llegar ya despuntaba el alba; entró sin recaudos ni temores. Presuroso acomodó todo en la casa, para que no muestre el aspecto de haber sido abandonada.   Pasada las ocho y media de la mañana, sonó una voz, llamando desde la vereda, frente al portón. 
-¡Juancito! ¡Abre!  Era el alemán; el doctor regresaba de su turno de trabajo en Isla del Cerrito.  Ese día transcurrió normal; en el siguiente se desencadenó lo que temía.  
A mitad de la mañana vio ingresar al intendente, acompañado del alemán, con unos papeles en la mano. Les oyó hablar acerca de la protección del hospital de Paso de la Patria por la peligrosa crecida del río. 
-¡Juancito, trae un asiento! -ordenó el doctor. El adolescente cumplió la orden y saludó inclinando la cabeza; seguido siempre de la atenta observación de su tutor. 
-¡Así que te fuiste a divertir anteanoche! –dijo ingenuamente el visitante con intención de entablar un diálogo con el joven, que demudó su rostro al instante. 
-¿Cómo? –preguntó el doctor, levantando de inmediato la cabeza con clara actitud de haber sido burlado. El adolescente ahora cambió su color, del pálido al rojo. 
-Nos vimos en el corzo... ¡bueno, el chico tiene que divertirse doctor! –dijo el intendente, tratando de enmendar el error involuntario de haberlo delatado. 
-¡¿Con el permiso de quién?! –vociferó el alemán, dando dos pasos hacia el chico. Este sintió un agudo dolor en el oído al ser jalado con fuerza desde el lóbulo de la oreja en una media vuelta alrededor de su verdugo. 
-¡O te enderezo, o te rompo! ¡Ya verás! –concluyó el alemán, dejando incertidumbre en cuanto a si concluyó, o no, el castigo.  

Lo que definitivamente no concluyó, era algo en lo profundo del espíritu o del alma del niño,  algo que tenía y faltaba al mismo tiempo.   La niña del corso no desaparecería de su mente pero ya no tendría cómo contactarse. Era una puerta más, de esas misteriosas, que se abren hacia el vacío. Vacío que quizás, algún día, signifique su libertad.


AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas



miércoles, 20 de enero de 2016

Sensibilidad y disposición al cambio

                                           Imagen de internet: https://liberacionahora.files.wordpress.com/
                                                                                       2010/10/el_presente_continuo_02.jpg?w=270&h=300


"¿Estamos realmente diferentes hoy? ¿Realmente cambió nuestra aceptación en las cosas que no encajan en el marco actual? Tal vez hay conceptos de nuestra realidad que todavía tenemos que entender, y si abrimos los ojos, tal vez vamos a ver que algo importante ha sido pasado por alto."
Terje Toftenes

Importante es, para el crecimiento, para el desarrollo humano, tener el apropiado dinamismo del ser total, dejando de lado esa posición, que a veces se la presenta con orgullo erróneo, la de "ser siempre el mismo", la de: "yo no cambio",... la tramposa, "férrea convicción".

Lo sabio es, creo,  estar dispuesto al cambio, ser flexibles y adaptarnos inteligentemente a los acontecimientos, e incluso adelantarnos a ellos, tomando estrategias que nos dan los recursos de ver más allá de nuestro tiempo y espacio, y no sólo lo de nuestro entorno inmediato.

La realidad tiene elementos y estratos que muchas veces se nos escapan si no disponemos nuestra sensibilidad para detectarlos, o que el orgullo y la arrogancia no nos permite ni ver, ni aceptar. Más aún, en nuestro amplio Universo, donde somos tan pequeños.

La sensibilidad y disposición al cambio nos permite crecer como individuos y como sociedad.
Es sumamente dañino estar atados a falsos paradigmas filosófico o culturales, que nos guían por inercia hacia pozos y abismos; sin embargo, tampoco ir hacia el cambio por sólo el cambio mismo, sin contenidos valederos; no sirve la revolución por el sólo hecho del temperamento revolucionario. Todo debiera ser por la razón que requieren las circunstancias, con la medida y el propósito de vida.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas




Muy buena tarde-noche, para todos...Sensibilidad y disposición al cambio"¿Estamos realmente diferentes hoy? ¿...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on miércoles, 20 de enero de 2016

domingo, 12 de marzo de 2017

Tiempo, granito y humus...

¿Qué ha intervenido en la formación del Universo?...
¿La creación  personalizada, o la intervención de la  Naturaleza con sus leyes intrínseca?...
Caen de su propio peso la leyes cósmica... unidas a la fuerza universal, el magnetismo, la gravedad...
La presión de cargas siderales, a diversas profundidades de los estratos,... las altas temperaturas de esta existencia telúrica, ha formado el granito, el mármol, la mica , el cuarzo, diamantes, oro,... pero también el humus fértil para luego dar el fruto...
¿Y que hay de los seres inteligentes? ¿Han sido estructurado  razón de tanteo y aprendizaje, a razón de ensayo error, por alguna ley incluida en ella?...
Sin embargo, en muchos de los seres, especies, exigen diseño (la flora, la fauna...).
¿Han sido bocetado, todos ellos en diversos mapas genéticos?...
Tensión de los tiempos e insondable inmensidad...
¡Vaya incertidumbre! ¿Qué hará de nosotros, a más de volver al polvo, antes de nuestro último paso yendo hacia el Hades?
¡Cuántos parámetros habrán de intervenir, (incluyendo, o no, la forma de nuestra esperanza hacia lo desconocido)!
Sea la belleza guardada en el corazón del tiempo....
Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 29 de enero de 2017

Saludos


Las sombras
alargadas aún
adormilan sus voces
en el desperezo del amanecer...
Domingo lento que avanza
caminando bajo los árboles...
Los ojos vagan divagan observan...
La luz va ajustando su foco
entre el follaje
que respira y susurra
en calma brisa...
Caminata del tiempo y la mía
que hincha su pecho
en suspiro complacido...
Un árbol gigante
se planta frente a mi.
Saluda sonriente
en su vaivén de ramas y verdores...
Entre sus hojas todo canta
en la vivacidad de sus plumajes.
Avecillas que inquieren de mi
en las preguntas del mundo...

¡Benditos seres, los saludo!

Los hombres dormitan aún
acaso vislumbrando
el duro sin fin de la semana
que vendrá.
Un universo de temores
rayan albas y ocasos del mundo...
Nuevos líderes en su ínfulas
cargando la tinta
de inciertas esperanzas.
Año veinte diez y siete.
Movimientos árduos
en los patios
de plebes y de reyes...

Y camino...
con un brillo de emoción
en los ojos...
Y otras avecillas
rondan sin miedos
junto a mi
sobre gramillas y veredas.
Los perros olfatean,
despejan mi paso
en ladridos quedos...
Toda la vida canta
en el reflejo de sus flores...
Y un poco más allá
el dolor de los hombres...
Aún,
yo saludo...
¡Salud a todos
seres de buena voluntad

Autoe: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 18 de septiembre de 2016

En un sin fin

Los álamos destilan su savia
cuando pasas...
cuando ante ellos,
entre el aire roza tu cuerpo...
Calidez rara de bronce es tu piel
que dibuja sus tiernos senderos
en estas tierras
donde alguien te canta lejano.
Verde lumbre
sonríen tus ojos
y me hieren dulcemente
si me atengo
a su clara faz
de lago transparente.
No sé que busca mi alma
cuando se adentra en la tuya...
No sé qué festiva visión
imaginan mis sueños..
Sólo te miro...
Como aletargando mis días,
mis horas,
mi muerte...
Y la poesía es quererte
que es lo mismo que soñar
que resulta tangible el vivir...
¿Será que me invades con tu ser
de ángel y demonio,
por decirlo así,
para este pensamiento
de bardo y romancero...
y es por eso
que pierdo la voz
que desorbita acaso
de mundos racionales?
Se que sentirás,
tantas veces,
a las alas del rocío
insufladas de azahares...
y querrás beberla
de una sola inspiración...
Cobrarás consciencia
que tus ojos hondos
estallan felices,
en el brillo misterioso
de esa oscuridad
donde sueñas...
Debes saberlo entonces,
que sólo es mi pecho
que te envuelve,
que te cubre
cual un raro universo
de anhelos fervientes
que en la fuente palpitante
se acrisola...
Tu boca pequeña
y voluptuosa
se abre,
deliciosa y susurrante
en el ávido beso...
¡Amalgama es!
de formas concurrentes,
de cóncavos y convexos
recurrentes
que hienden,
succionan,
transitan,
bajo las auras
de tu piel,
de la mía...
Sedientas,
suben
bajan
por montes
y manantiales
consumiendo
en un sin fin
los más caros deleites
abriéndose
a la libertad
de aire
de fuego
de pasión y simiente.

http://todo-es-uno.blogspot.com.ar/search?q=vivir

martes, 20 de diciembre de 2016

En un sin fin

Los álamos destilan su savia
cuando pasas...
cuando ante ellos,
entre el aire rozas tu cuerpo...
Calidez rara de bronce es tu piel
que dibuja sus tiernos senderos
en estas tierras
donde alguien te canta lejano.
Verde lumbre
sonríen tus ojos
y me hieren dulcemente
si me atengo
a su clara faz
de lago transparente.
No sé que busca mi alma
cuando se adentra en la tuya...
No sé qué festiva visión
imaginan mis sueños..
Sólo te miro...
Como aletargando mis días,
mis horas,
mi muerte...
Y la poesía es quererte
que es lo mismo que soñar
que resulta tangible el vivir...
¿Será que me invades con tu ser
de ángel y demonio,
por decirlo así,
para este pensamiento
de bardo y romancero...
y es por eso
que pierdo la voz
que desorbita acaso
de mundos racionales?
Se que sentirás,
tantas veces,
a las alas del rocío
insufladas de azahares...
y querrás beberla
de una sola inspiración...
Cobrarás consciencia
que tus ojos hondos
estallan felices,
en el brillo misterioso
de esa oscuridad
donde sueñas...
Debes saberlo entonces,
que sólo es mi pecho
que te envuelve,
que te cubre
cual un raro universo
de anhelos fervientes
que en la fuente palpitante
se acrisola...
Tu boca pequeña
y voluptuosa
se abre,
deliciosa y susurrante
en el ávido beso...
¡Amalgama es!
de formas concurrentes,
de cóncavos y convexos
recurrentes
que hienden,
succionan,
transitan,
bajo las auras
de tu piel,
de la mía...
Sedientas,
suben
bajan
por montes
y manantiales
consumiendo
en un sin fin
los más caros deleites
abriéndose
a la libertad
de aire
de fuego
de pasión y simiente.

martes, 29 de marzo de 2016

Un adiós

Debo dedicarle un adiós a mi madre, que ha partido (24-3-16). Lamento no haber podido acercarme a su despedida...
Ella fue madre... Lo fue como pudo. Con muchas limitaciones de su historia personal.
Estuvo y no estuvo como tal. Niñez incompleta a mi parecer (me concibió a sus 16 años, siendo el mayor de cinco hermanos. Sin un apropiado apoyo a su edad y recursos, (insuficiente, inexistente)...
Historias de tiempos atrás que empujan aún, en el presente, con los altos y bajos de las vivencia personales, (dónde suelen abundar los juicios apresurados y con muchos equívocos).
La vida nos fue desparramando tempranamente a los cinco hermanos. en distancias y diversas circunstancias.... Tal vez lo normal en ciertas sociedades y tiempos.
El amor rondo, seguramente, en ausencias y presencias, en cánticos y caricias, y también en rigores.
De todas maneras, madre.
Adiós... pero por aquí nomas, en la cercanía de este Universo sorprendente.

Un adiós...Debo dedicarle un adiós a mi madre, que ha partido. Lamento no haber podido acercarme a su despedida... ...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on domingo, 27 de marzo de 2016

miércoles, 26 de octubre de 2016

Punto fugaz

No esperes a lo incierto del mañana, ¡dame hoy el abrazo que quisiste! ese beso que sentiste. Despídete desde este punto fugaz en que me encuentro, no sé si mañana tendré tu luz agradando a mis ojos o la mía adentrándose en tu alma. El Universo es sólo uno y en él estaremos por todos los tiempos en diversos espines... pero aquí, en esta insignificancia acostumbrada de olvidos la vida es tan frágil que con sólo un zumbido estalla el cristal. Mírame a los ojos y que tus manos se agiten en el empático gesto de sabernos en alma de sentirnos en cuerpo, hasta el fin de este espacio infinitamente fugaz.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 31 de marzo de 2016

Desde lo poco

Allí vas
ahí voy...
ajustando el corazón 
en el rápido tren de los días...
saltando los escollos de ausentes recursos
que se inventan
reinventan
para ser
avanzada solidaria
desde la trampa ajustada de la vida.
Es el universo de vivir
que se expande
se contrae
en veces y voces asfixiantes
dónde en la inercia de dar
salta la sorpresa grata del favor.
Y asaltados los andenes
invadimos los vagones
sobre el carril de la generosidad
de brindarse
desde el confín escaso
desde la olla insuficiente,
en lo paupérrimo...
Sin embargo crecen,
se multiplican,
los panes
en el inicio sobrante...
regocijo que habrá de renacer
desde la contracción de la nada
con el corazón amanecido
dando al otro
desde la pobreza incierta
en la fuerte tozudez
de la esperanza.

Desde lo pocoAllí vasahí voy...ajustando el corazón en el rápido tren de los días...saltando los escollos de...

Posted by Juan Carlos Luis Rojas on jueves, 31 de marzo de 2016

lunes, 8 de diciembre de 2014

Amistad en internet

Universo de internet.
Es complejo el mundo de las relaciones en internet. En las redes sociales, y toda su globalidad... Como todo en la vida, tiene sus sabores y sinsabores,... lo bello de lo genuino y verdadero, aún al margen de lo fugaz o lo perdurable...
También hay riesgos; lo que requiere de las diversas inteligencias... en especial, (muchas veces), las inteligencias: estratégica y emocional.

Es necesario aprender a reconocer dónde uno está parado y delante de quién,... saber de las limitaciones que poseemos en el sistema; las acotaciones de tiempo, de espacio, de distancias, de posibilidades en todo sentido,... y entre ellas debe incluirse la factilidad económica. Nadie puede decir aquí, que,  (dependiendo donde se quiera llegar) no importa lo económico. Si uno tuviera la facilidad de tomar un avión e ir a dar un abrazo a un amigo, seguramente lo haría. En ese sentido las concreciones amorosas pueden tornarse irreales en lo tangible.

Reconocer dónde uno está "parado" significa entender la propia limitación, y también comprender (usando empatía), los condicionantes desconocidos del otro, aquel/aquella que interactúa con nosotros. Los humanos tenemos tendencia a generar, para nosotros mismos, expectativas desbordadas, carentes del equilibrio de lo justo y lo posible.

Sin embargo puedo presentir, sentir, saber... que puede ser una realidad el afecto, la amistad, el profundo sentimiento, y hasta en grado mayor aún, que en el transcurrir cotidiano de esa vida que llamamos "real", en contraposición a lo llamado "virtual". PERO TODO ESTO DEPENDE DE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS, los individuos, la comunidad, nosotros mismos, la honestidad relativa de cada quien. El compartimiento y las reglas (tácitas o no), en esas asociaciones en donde nos movemos.
Si pensamos que todo es mentira, estaríamos cayendo en nuestra propia trampa, estaríamos haciendo realidad nuestros propios prejuicios, por correspondencia recibiríamos ese búmeran.

¡Atención! Aquí también aparecen los marginales,... delincuentes, aprovechadores, etc.

Internet es un inmenso mundo de infinitas posibilidades en venturas y desventuras, éxitos y fracasos en los diversos propósitos y objetivos que nos asisten.

En el mundo físico y "tangible" del entorno en donde vivimos cotidianamente existen variables de acciones e interacciones (amistad, entretenimiento, negocios, etc). Así también lo es en internet, y creo que está destinado a ser mayor aún, más amplio, más abarcador, más productivo, cualquiera sea su índole, abstracta, concreta, espiritual, física, etc.
Nuevamente: un mundo donde debemos aprender a manejar nuestras diversas inteligencias; aprendiendo y co-aprendiendo, la ética que nos revele como humanos de buena voluntad.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas