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jueves, 14 de enero de 2016

Ave de cristal

"Ave de cristal"
No se acaba el mundo
Cuando un amor se va
No se acaba el mundo 
Y no se derrumbara
Si fue verdadero
Tras sus huellas volverá
Si no fue sincero
Otro lo reemplazara
No se acaba el mundo
Cuando un amor se va
No se acaba el mundo
Y no se derrumbara
No hay lluvia en el alma
Que no acabe con un sol
Y se limpia el cielo
cuando deja de llover
De llover
Y es el corazón
Como un ave de cristal
Que es tan frágil de romper
Tan difícil de entender
Y es el corazón
Como el destino mas cruel
Muy difícil de torcer
Y tan fácil de perder
Es el amor
es el amor
Gonzalo Hermosa Gonzalez



"Ave de cristal"No se acaba el mundo Cuando un amor se va No se acaba el mundo Y no se derrumbara Si fue verdadero...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on lunes, 11 de enero de 2016

lunes, 1 de mayo de 2017

¿Poesía o narrativa?

¿Poesía o narrativa? La elección es contundente. Está a la vista. La poesía es mirada de soslayo. Con cierta indiferencia; como cuando se mira algo inútil. "La poesía no interesa. La poesía no vende", decía un amigo, y tiene razón. Sin embargo... No siempre, por el hecho de que algo surge por elección mayoritaria, significará lo superlativo, lo bueno, lo correcto. Pregunto. Busco una respuesta. ¿Por qué es tan contundente esta elección cuantitativa? Sí. Enfatizo: No significa calidad. Lo mayoritario no siempre involucra niveles cualitativos. ¿Es un concepto elitista lo mío? Puede ser. Pero... Se me ocurre que hay una razón para el mundo que conocimos. Hay algo que hace a su conformación. Dentro de sí, en el centro de la vorágine de su espíritu, existen infinitos ciclos recurrentes de causa y efecto; una reversión constante. Una especie de feed back o retroalimentación, que da vuelta y regresa sobre lo dañino, o que por lo menos produce un encierro en cierta miopía que es paradójica a la inmensa posibilidad de inteligencia y sabiduría. Hay una tendencia a buscar lo superfluo, y escapar de todo lo que conlleve profundidad de pensamiento. Pareciera ser más entendible y atendible lo prosaico que lo espiritual. Se diluye en el desinterés aquello que rescata valores que van más allá de lo mezquino, más allá del propio centro del ego. Entiéndase que no pretendo volcarme ociosamente hacia lo etéreo, pero observemos la realidad, ¿qué es lo que más se consume en literatura? Alguna vez habremos oído el siguiente comentario que nos ilustra: "Busco una novela entretenida para las vacaciones", (de todos modos, quien ha hecho el comentario, seguramente, siempre lee novelas "entretenidas"). Algunas estadísticas ponen este orden de consumo: ensayo, novela, cuento y al final la poesía. Por supuesto, se sabe, ¡hay cada ejemplar de poesía! Sin embargo, hablando con más seriedad, e insistiendo: el mundo necesita de la poesía. Más poesía a esta dura realidad.
www.clarin.com/diario/2008/07/08/opinion/o-01710551.htm
 Para que tengamos un mundo mejor, el mundo debería incorporar y comprender a la poesía; necesita liberarse un poco de lo prosaico y profundizar en lo espiritual. Quede bien en claro que no estoy hablando de religión. Hablo de la obra y actitud poética que se une con el Todo. Esa es para mi la verdadera poesía como obra de arte. Hilando más fino, aclaro, que con esta reflexión, no intento hacer una división estricta ateniéndome sólo a formas y estructuras. El verdadero "escrito poético", en el sentido de su profundidad, también puede estar contenido en la narrativa u otras formas literarias. De hecho, hay narradores que son verdaderos poetas. La poética genuina, es la que involucra a todo aquello que puede integrarse en lo Universal; la que, por ejemplo, si refiere identidad, no promulga ni hace apología sectarista, sino que despierta al hombre hacia un sentido fraternal y cósmico. El arte en sí debe ser cosmológico. Muy bien, el tema da para ahondar en otra ocasión. Ya conocemos la realidad. Te dejo la pregunta: ¿No crees que esa realidad necesita alguna corrección?...
 Juan Carlos Luis Rojas

lunes, 8 de diciembre de 2014

Amistad en internet

Universo de internet.
Es complejo el mundo de las relaciones en internet. En las redes sociales, y toda su globalidad... Como todo en la vida, tiene sus sabores y sinsabores,... lo bello de lo genuino y verdadero, aún al margen de lo fugaz o lo perdurable...
También hay riesgos; lo que requiere de las diversas inteligencias... en especial, (muchas veces), las inteligencias: estratégica y emocional.

Es necesario aprender a reconocer dónde uno está parado y delante de quién,... saber de las limitaciones que poseemos en el sistema; las acotaciones de tiempo, de espacio, de distancias, de posibilidades en todo sentido,... y entre ellas debe incluirse la factilidad económica. Nadie puede decir aquí, que,  (dependiendo donde se quiera llegar) no importa lo económico. Si uno tuviera la facilidad de tomar un avión e ir a dar un abrazo a un amigo, seguramente lo haría. En ese sentido las concreciones amorosas pueden tornarse irreales en lo tangible.

Reconocer dónde uno está "parado" significa entender la propia limitación, y también comprender (usando empatía), los condicionantes desconocidos del otro, aquel/aquella que interactúa con nosotros. Los humanos tenemos tendencia a generar, para nosotros mismos, expectativas desbordadas, carentes del equilibrio de lo justo y lo posible.

Sin embargo puedo presentir, sentir, saber... que puede ser una realidad el afecto, la amistad, el profundo sentimiento, y hasta en grado mayor aún, que en el transcurrir cotidiano de esa vida que llamamos "real", en contraposición a lo llamado "virtual". PERO TODO ESTO DEPENDE DE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS, los individuos, la comunidad, nosotros mismos, la honestidad relativa de cada quien. El compartimiento y las reglas (tácitas o no), en esas asociaciones en donde nos movemos.
Si pensamos que todo es mentira, estaríamos cayendo en nuestra propia trampa, estaríamos haciendo realidad nuestros propios prejuicios, por correspondencia recibiríamos ese búmeran.

¡Atención! Aquí también aparecen los marginales,... delincuentes, aprovechadores, etc.

Internet es un inmenso mundo de infinitas posibilidades en venturas y desventuras, éxitos y fracasos en los diversos propósitos y objetivos que nos asisten.

En el mundo físico y "tangible" del entorno en donde vivimos cotidianamente existen variables de acciones e interacciones (amistad, entretenimiento, negocios, etc). Así también lo es en internet, y creo que está destinado a ser mayor aún, más amplio, más abarcador, más productivo, cualquiera sea su índole, abstracta, concreta, espiritual, física, etc.
Nuevamente: un mundo donde debemos aprender a manejar nuestras diversas inteligencias; aprendiendo y co-aprendiendo, la ética que nos revele como humanos de buena voluntad.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 10 de octubre de 2017

Hacia el nuevo hogar

(De la serie: "El niño, el muro... y la libertad" Juan C. L. Rojas

   En esa mañana de sol a pleno, su mente tejía confusos colores. No los colores que la hermosa mañana avivaba en los rosales y en las dalias exuberantes del jardín; no los tonos, verde pastel, de irupés y camalotes flotando en la laguna, allí, detrás de la casa; tampoco los del bosque allá, en la otra orilla misteriosa de esas aguas calmas. No, no eran esos los colores que ahora lo inquietaban, sino los que se movían en el profundo interior de su alma.
Sentía un estado de conciencia a medias, donde el factor dominante era la duda, la incertidumbre.
   Quizás porque no veía otra opción, su única respuesta era la que involucraba huir del pasado, entrando sin renuencias a las circunstancias que iban apareciendo delante de él, o a pesar de que le fueran impuestas; y que esto resultara en tapar los recuerdos, insuficientes afectos…, introduciéndose de lleno en el miedo y el dolor.
   Tal vez era una forma de buscar puertas de salida a todo eso, o una puerta de entrada que lo llevara a satisfacer alguna carencia que ni él mismo, por ser niño, entendía bien de qué se trataba.
Ya había escuchado algún comentario,... decisiones con respecto a él, palabras dichas a su espalda. "Los adultos deciden sobre la vida de un niño", pensaba, "después de todo el abuelo es bueno, aunque no sabe ni escribir. El también fue abandonado y encontrado en los bosques del Paraguay, cuando era chico. Al final no conoció ni a sus padres, sólo a un hermano, ya después de viejo... Dicen que la guerra…"
   Mientras en su pensamiento todo se mezclaba, vio a su abuelo acercarse. Este respiró hondo sofrenando un suspiro. Palmeó cariñosamente el hombro del niño en un gesto poco acostumbrado…
   -Vas a ir con el doctor, mi’jo. Seguro que vas a aprender muchas cosas –le dijo con una sonrisa que pretendía ocultar algunas lágrimas, las que aparecían inevitables y aumentaban el brillo de sus ojos azules.
El abuelo, de buen carácter, de fácil sonrisa, de porte físico mediano, sumamente trabajador y con el concepto de la honestidad grabada a fuego en la sangre, no sabía ni leer ni escribir y era casi el único sostén de la familia, que se componía más de nietos que de sus propios hijos.
   El espacio de tierra que poseía estaba siempre cultivado con árboles frutales, verduras, e incluso tabaco, que luego de cosechar con su esposa, lo procesaban caseramente para venderlo en el Paraguay o en el vecindario de la isla.
Tenía aves de corral y algún ganado vacuno que carneaba de tanto en tanto, y leche para consumo familiar. Todo esto le demandaba actividad desde la madrugada; porque además era empleado estatal de salud pública del Chaco. El pequeño sueldo obtenido, cubría apenas los gastos hogareños que no lograba hacerlo con la producción casera.
   Conformaban una buena sociedad el abuelo y la abuela; él, correntino; ella, paraguaya. El, atendiendo no sólo lo de la casa, sino también la actividad externa; y ella ocupándose de todo lo doméstico, aferrada a una pipa siempre humeante, y un rebenque eternamente bajo sus brazos con el que domaba tanto a niños como a los animales.
   El origen de la conformación familiar y el asentamiento en una isla del Chaco argentino, habría que rastrearlo en los vericuetos políticos, intereses económicos de las grandes urbes (corrupciones incluidas) y las guerras asociadas. Todos sus hijos nacieron en el Paraguay, y la mudanza fue la resultante de inestabilidades políticas. Pero, de todo esto, no siempre le llegan a un niño los elementos de la comprensión de sus orígenes o la atenuación de las consecuencias de esos desarrollos y sus resultados.
   El niño no entiende que en la burbuja de su pasado cercano y su origen ya están incluidos los condimentos de su presente.

   La lancha saldría a las once de la mañana hacia Paso de la Patria. La preparación para el viaje era escasa; pocas y modestas pertenencias; sin embargo la sensación que percibía era la de una marcha definitiva, un viaje sin regreso.
A la hora de la despedida, los primos y hermanos rondaban cerca, silenciosos, sin más expresión que los ojos bien abiertos clavados en él.
Miró por última vez hacia "el bajo", allí donde el río al crecer, descargaba algo de su fluido formando una laguna. Dio un vistazo a todo el panorama desde donde estaba un aliso estaqueado, hundido horizontalmente a ras de la tierra, en el borde del patio posterior de la casa; ese tronco estaba colocado ahí para detener la erosión del terreno. Prolongó su mirada hasta el fondo, allá donde acostumbraba a cantar la garza mora, cuando aparecía en el bosque al amanecer, del otro lado de la laguna. Volvió su mirada y la detuvo brevemente en el pequeño puerto improvisado, al que muchas veces despejó de irupés y camalotes, para el trabajo de lavanderas, que le estaba asignado a sus primas y hermana. Volvió más atrás su vista, nuevamente dirigida al borde del patio, bajo el árbol de paraíso donde en ese momento dormía Rompe, el viejo perro de la casa. Mientras tanto, Díquel, el perrito con que jugaba a menudo, parecía saber de su partida; giraba y giraba a su alrededor, moviendo incansable su corta cola.
   -Che cunumí (mi muchacho), atá ese animal –dijo el abuelo a otro de sus nietos.
Al fin se despidió. Saliendo de la finca, caminó por el pasillo largo ubicado a la izquierda. Debido a la sombra de los árboles la tierra todavía conservaba la humedad del rocío. Mientras caminaba surgía en su mente un replanteo insistente de cosas y circunstancias que traía el recuerdo.
Los mamones altos a su derecha, sumamente quietos, prolijamente en línea, como formados para guardia de honor, parecían decirle adiós en silencio. Detrás de esa línea de árboles frutales aparecía el mandiocal, que empezaba a asomar joven sobre la huerta. A la izquierda, flanqueaba su camino un alambrado de púas tensado sobre postes viejos, de los que en una oportunidad, uno de ellos no resistió el peso de su travesura rompiéndose; así pagó entonces, con sangre de sus piernas, el pase a la casa del vecino.
   Cerró el portón prolijamente y ajustó el cierre del bolso; mientras lo hacía, observó la puerta abierta del almacén de al lado; surgieron entonces en su retina los trazos gráficos de la libreta de crédito y con ello la semblanza del abuelo, su escrupulosidad en pagar la deuda sin pasar ni un día más de lo acordado.
A los once años de edad no entendía cabalmente la dinámica del dinero, pero sí sabía cómo afectaba su carencia por las restricciones que imponía, hasta en las necesidades tan vitales como la alimentación; es más, sabía que era debido a estas restricciones, y no sólo a la búsqueda de futuro, que tenía que marcharse.
Si bien ignoraba los parámetros con que se movía el mundo de los adultos, sí llevaba incorporada en su conciencia las normas del cumplimiento y la honestidad tantas veces platicada por el abuelo en los momentos de la sobremesa, especialmente después de la cena.
   En esta despedida no podía definir si en su sentimiento había realmente tristeza o era que pesaba más la curiosidad, la posible alegría de lo nuevo. Sin embargo sentía los abrazos de la isla, los de sus sombras y sus luces, la humedad cercana de los ríos, sus frescores; los sentía como el adiós a lo amado.
Subió al terraplén, callejón pavimentado y sinuoso bordeado de eucaliptos que lo llevaba hacia el puerto. Ahora, una voz que difundía el aire conseguía aquietar sus pensamientos; era el murmullo del río traído por el viento y también el sonido de las ramas de los árboles azotándose en sus copas. Caían las hojas y él se veía como una hoja más, ahora dejada al viento.
   Cuando bajó al muelle los tripulantes de la lancha estaban en los preparativos finales de carga; como casi siempre, había una mezcla de castellano y guaraní en el habla de la gente; eran generalmente conocidos entre sí y mezclaban cordialidad y bromas con la intensidad del trabajo.
   -¡Oh! Mba’éicha pa che ra’a (Como estás mi amigo). Vos sos el nieto de don Tabí, ¿no? -lo recibió cordialmente el lanchero.
   -Si, buen día, -contestó con algo de timidez.
-Así que te vas con el doctor Palowski… Me contó tu abuelo.
El lanchero hizo sonar sus palabras como apropiándose de cierto orgullo que suele darse cuando la humildad se une a la ignorancia; a veces, como una manifestación de solemnidad fetichista, dirigida hacia la formación profesional o a un determinado status social. Palowski es un apellido polaco, pero el doctor era alemán. Consiguió su nueva documentación con ayuda del Vaticano, cuando Alemania perdió la guerra. También obtuvo, con esa documentación y pasaporte, una orientación hacia qué países dirigirse; donde no fuera “molestado”.
-Sí –contestó parcamente el niño.
-Bueno, si querés, subí; acomodate donde puedas ch'amigo.
Subió con cuidado debido al balanceo de la lancha y se ubicó en el lateral de babor, para dejar libre el paso de carga por estribor, que era el lado por donde estaba amarrada la embarcación.

¿Son los recuerdos como ondas cósmicas del tiempo, circunstancias repitiéndose infinitamente? Así le parecía este momento; como un recuerdo convirtiéndose en concreta realidad presente.
Ahora, nuevamente se movía el mundo, su mundo infantil. Se movía con la lancha, con el muelle, con los árboles, y todo con el río. Como aquella vez, cuando vino a la isla en su primer regreso, cuando en esa oportunidad involucró también otra despedida, la de su padre. Sentía otra vez esta mezcla de recuerdo y realidad palpable. De nuevo vibró ese pequeño mundo solitario dentro de otro mundo mayor, desconocido e indiferente hacia él.

Ya todos a bordo y con el amarre liberado, la lancha se alejaba lentamente del muelle adentrándose en el río Paraguay, luego bajaría un corto tramo hacia el Paraná, que estaba allí nomás, a la vuelta del recodo de la isla. La turbiedad acentuaba el misterio del río que batía sus lenguas infinitas salpicando los rostros pensativos; también salpicaban los sueños, dentro de esas mentes casi adormecidas por el ruido del motor. Juancito miró hacia atrás; siempre le intrigó hacia dónde se dirigiría la extensión del río. ¿Qué hay río arriba?... Querría remontarlo alguna vez. ¿Es el deseo el embrión de un sueño? ¿Es el sueño un camino donde sólo hay que ponerse a andar? La luminosidad del espacio más abierto lo retrajo de sus pensamientos, cuando en ese punto de la navegación la desembocadura se abría ya casi tocando al río Paraná.
En dirección a proa no se veía la costa. Ahondó la mirada en el engañoso espacio infinito. En el horizonte sólo se veían algunas gaviotas. Volvió la vista hacia lo que dejaba atrás. Debajo de la popa el río espumaba blancura, la que contrastaba con los diferentes verdores de las costas (paraguaya y argentina) haciéndose más vivos gracias a el sol de la mañana.
-¿Querés un mate, Juancito? –le preguntó el lanchero, apartándole de su abstracción en el paisaje.
-No, muchas gracias don Arévalo –respondió, mientras modificaba su postura sobre un listón de la quilla, donde estaba apoyado.
Estaba ubicado cerca de la cabina y podía escuchar la conversación del lanchero y su ayudante.
-¡Cova co Gomecito ra’y! (¡Este es el hijo de Gomecito!) –continuó Arévalo, ahora dirigiéndose a su ayudante. Lo hizo con cierto tenor de respeto machista, a lo que se refería. Palas, el ayudante, no respondió.
-E jhendú pa jhina (¿Me estás escuchando?) –reclamó Arévalo, en tono burlón.
-A jhendú (Oigo), –respondió Salas, a desgano.
-Hijo’e tigre co cunumí (¡Es hijo de tigre este muchacho!) –enunció de nuevo Arévalo, con clara intención de zaherir a su compañero.
-¡Bah! ¡Maba pa tigre! (¡Bah, quién es tigre!) –dijo Palas, tratando de neutralizar la chanza infligida...
-¿Maba pa?... (¿Quien?...) Ja ja ja… Me dijeron, que con Gómez te salió mal lo de la rubia aquella.
-¡Bah! ¡No pasó nada! –se defendió Palas. Arévalo largó una risotada.
Como premisa inevitable, esta conversación llenó su mente de preguntas e inquietudes referidas a su padre. ¿Qué conocían de él estos hombres? ¿Cuáles fueron las andanzas de su padre por estos lugares? ¿Saldrá alguna vez de la cárcel? ¿Lo volvería a ver?
Ahora, la lancha entraba en el planchón más claro y amplio, al cruzar la línea divisoria que producen las corrientes y las diferentes turbiedades de las aguas. A la derecha del panorama de popa se desarrollaba la punta del continente paraguayo; esas barrancas también habrán de quedarse entre aquellas cosas que habrían de alimentar su curiosidad y se añadirían, a la sumatoria de inquietudes insatisfechas. Los monos carayaes estaban silenciosos en la silvestre vegetación; es en el ocaso cuando estos suelen alterar escandalosamente el silencio del lugar; sólo una canoa pequeña, tal vez pescadora, aparecía casi camuflada por el tupido follaje. A la izquierda todavía se notaba la isla en la prominencia de su cerro, el cual remataba su cresta con la fachada ambarina de la iglesia principal.
En este punto de la mirada, vino a su mente el recuerdo de aquellos preparativos inconclusos para el catecismo y los rituales religiosos que jamás pudo entender. Allí apareció en el recuerdo los juegos y travesuras, las andanzas en el bosque y en el río. "¿Volveré algún día a navegar sobre los troncos, los alisos traídos por la inundación?". Al volverse hacia babor, una estampa conocida pero casi fantasmal cortó sus pensamientos; desde el horizonte bajaba por el río una jangada; a lo lejos era sólo una tosca línea derivando sobre el agua. Encima de esa línea había una pequeña figura que parecía ser la de un hombre erguido y cerca de éste, la de otro hombre sentado. Aparentemente tomaban mate.
...Sí, eran hombres nomas, no fantasmas, los que navegaban sobre un tendal de maderas bañadas por el agua; pero a la distancia, el conjunto parecía un simple garabato dibujado en la página acuosa del horizonte. Bajaban a la velocidad lenta de la corriente sumada a la fuerza inercial del maderamen, el cual tenía un tamaño desproporcionado con relación a la cantidad de sus tripulantes.
De nuevo surgieron la inquietud y esas preguntas que se apilan en el arcón de los misterios que suele atesorar un niño. ¿Cómo es que a esa gigante acumulación de inerte vegetal, puede dominar y conducir un pequeño hombre cabalgando a la intemperie sobre la húmeda planchada de troncos?...
Pasó la jangada por atrás de la lancha; casi al filo de la distancia audible de un sapucai (grito); pasó con su respuesta de silencio. Golpeando con la instigación de la curiosidad a esa mirada de niño; mirada perdida ahora en la llanura blanca; perdida en el horizonte verde y en la opacidad de la distancia.
En el medio del río el motor de la embarcación con su ruido monótono jugaba a vencer los sentidos, sin embargo, muy tenue ahora, como esbozo de dibujante, empezaba a divisarse la otra costa, mientras la primera se perdía a lo lejos con la estela de la lancha.
Corrientes aparecía brillante bajo un día de sol al momento de la siesta provinciana de uno de sus pueblitos litoraleños, Paso de la Patria. El alemán, el doctor, con su uniforme de médico, estaba todo de blanco esperándolo ahí mismo en el muelle, parado a la media sombra de un techo de protección; tenía las manos detrás de la cintura y en su cabeza una gorra de tela floja que le caía sobre la frente y las orejas. Seguía inmóvil mientras amarraban la embarcación. El niño notaba sobre sí la mirada escudriñadora, persistente, sin más gesto que el silencio del alemán, que mostraba así, un atisbo de la actitud severa y militarizada con que era conocido; continuó así, aún hasta después de haber bajado el niño, y habérsele acercado.
-Buenas tardes, doctor –saludó entonces, Juancito.
-¡No, así no! -Reaccionó el alemán de manera áspera-. ¿A ver? ¡Párate bien!... Así, firme, e inclinas la cabeza… Ahora sí, buenas tardes.
Juancito obedecía mientras algunos pasajeros y tripulantes miraban sorprendidos, o risueños y en silencio, esa escena. –Le hizo repetir el saludo incluyendo todo el proceso formal.
Luego de esta primera lección caminaron callada y largamente hasta lo que sería su nuevo hogar. No podía evitar la tensión de ese silencio. El alemán caminaba a grandes zancadas delante de él, y su atuendo blanco, ahí, a un paso de distancia, irritaba sus ojos al reflejar la luz; el niño hacía descansar sus ojos dirigiéndolos hacia la gramilla amarillenta entre el polvo reseco del camino. A pesar de que el sol mostraba su fuerza desde arriba; en su optimismo de niño, Juancito lo sentía como un poderoso dios protector; optimismo al cual coadyuvaba la curiosidad sobre lo extraño del lugar, la conformación urbana, la ubicación más ordenada de las casas, las calles bien definidas, los autos, y otro tipo de gente.
En realidad quedaba sólo a unas cuadras el lugar a donde se dirigían, pero la incomodidad psíquica inducía en los sentidos la exagerada extensión del andar.
A la izquierda se podía ver algunos "lamparones" del río en los claros que se formaban entre árboles y edificaciones lindantes con la costa. Todo estaba calmo, no había viento y no se oían las olas rompiendo contra la barranca. El itinerario de la caminata la mantuvieron a una cuadra de distancia del río, y respecto del mismo, también esa era la ubicación de la casa del alemán.
Juancito comprendió que llegaban, cuando el alemán cruzó un puentecito sobre la cuneta, el cual daba frente a un portón de hierro y alambre tejido, justo en la mitad de la parcela amurallada. Esta encerraba huertas, árboles, chiquero, gallinero, jardines y dos casas; una en cada extremo del terreno.
El portón rechinó con estrépito al abrirse, pero no llamó la atención de una mujer que en ese momento regaba las plantas. Esta siguió en su labor mostrando total indiferencia a los recién llegados. Parecía malhumorada.
-¡Señora Antonia! –dijo en tono amonestador el alemán al acercarse. Sólo entonces, ella levantó la vista hacia él y dirigió una mirada de soslayo, casi reticente, al niño.
Esta escena dejó abierto en su entendimiento un panorama de curiosa incertidumbre que le producía un incómodo escozor, pero ahora, sin otra vía de salida, este era su nuevo hogar, y debería aceptarlo, aunque lo sintiera como una nueva imposición; un mandato que no podía, o no sabía cómo evitar.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 27 de diciembre de 2020

Enfocarse en la vida, no en el bitcoin

 "...Siempre fiel a su filosofía de vida, Didi Taihuttu pone énfasis en una frase en particular: “Aleja el foco de Bitcoin y céntrate en la vida”.

El resto de la familia considera que los pasajeros están “enfermos de la cabeza”. “Todos dirán que estás loco, pero somos una familia aventurera y apostaremos por un momento por vivir una vida minimalista. Si nunca te arriesgas, la vida es aburrida. Eso dijo.

Pronósticos de Bitcoin

Además de compartir los detalles de sus viajes, Hice se compromete a hablar sobre la importancia de esta criptomoneda en el mundo de las finanzas.

En una entrevista reciente con CNBC, el hombre de 42 años explicó: “Entramos en el mundo de Bitcoin porque queríamos cambiar nuestras vidas. De hecho, cuando el precio de Bitcoin colapsó en 2018, decidimos agregar aún más a la cartera de inversiones..."

http://malviticias.philo.com.ar/una-familia-vendio-todas-sus-pertenencias-invirtio-en-bitcoins-y-ahora-estan-comprometidos-a-viajar-por-el-mundo/

lunes, 13 de julio de 2015

Un germen de la tristeza

Una de las grandes murallas del mundo es la indiferencia,... que conlleva, en sí, la falta de empatía, la falta de interés en el otro,... Ese otro, a su vez, no puede "abrir su corazón" ante la falta de solidaridad desde el espíritu. La combinación de estos elementos puede bastar para generar soledades. Esa soledad que puede ser germen de la tristeza.
Saludamos como simples formalismos...
Acostumbramos a preguntar: "¿Cómo estás?", pero no esperamos la respuesta, o la dejamos que pase superfluamente.
Generamos un falso positivismo (u optimismo), en el momento equivocado.
Es así como nos puede llegar a sorprender ciertos acontecimientos desafortunados de personas cercanas, cuando expresamos: "No sé qué pasó, se lo veía bien", o algo por el estilo. ¿Nos hubiese importado? ¿Hubiesemos hecho algo al respecto? ¿Cual sería nuestra respuesta?...
Si la respuesta es, sí, entonces, no tuvimos la suficiente sensibilidad para entender, o no hemos inspirado la suficiente confianza para que se nos transmita cierta condición.
Si la respuesta es, no, entonces, nuestra respuesta, se estaría acercando al frío mundo de lo real, donde conmoverse con lo del otro suele ser una simple debilidad; donde esperamos ver y atender sólo nuestros problemas, y que no nos vengan con otro, aún cuando puede sernos muy simple, alguna manera de apoyo y colaboración, como, por ejemplo, el sólo hecho de prestar el oído.
Ese falso "positivismo" es pretender que el otro sea fuerte, no por el beneficio de la fortaleza de aquel, sino para evitar que nos comprometa en algún sentido.
Por supuesto, no se trata aquí de la persona de característica quejosa, sino precisamente, de aquella que siempre hace algo para vencer sus dificultades, mostrándose fuerte y riéndose de ellas, y no nos damos cuenta que está librando una gran batalla.
Estas actitudes suele pasar muy a menudo, hasta en el seno de la propia familia... No nos debe sorprender.

martes, 23 de febrero de 2016

La libertad en un mundo de oposiciones

"La libertad siempre será relativa, y estará sujeta a ciertos parámetros físicos, sociales, económicos, culturales , etc...

La toma de ciertos compromisos que se "firman" en libertad, suelen traer aparejados, aquello tan mencionado, como, "libertad responsable".

Sin embargo, será la intensidad del anhelo hacia ella, lo que hará que el sujeto pueda tener la suficiente creatividad para vencer los obstáculos, y la suficiente fuerza de decisión para desechar, tanto de superfluo y parasitario que lo rondan, minando el crecimiento del ser. Habrá de estar alerta a los compromisos que toma, los que suelen articularse con elementos acotadores y limitadores de tal libertad.

La creatividad funciona, de alguna manera, haciendo a las mayores libertades del hombre, y aún así, no libre de las consecuencias del camino que tome.

La Ley de la Gravedad nos hace saber que no somos libres de soltarnos a un precipicio, sin las fatales consecuencias; sin embargo tenemos la creatividad de generar variados recursos que nos dan alas para poder sortearlo..."

Muy buenas noches a todos, amigos!!...

La libertad en un mundo de oposiciones"La libertad siempre será relativa, y estará sujeta a ciertos parámetros fí...

Posted by Juan Carlos Luis Rojas on lunes, 22 de febrero de 2016

jueves, 21 de septiembre de 2017

Transitando hacia las energías renovables... Estación de carga para automóviles.

"...4.000 coches al día podrían ser cargados en Innovationspark Zusmarshausen, la próxima estación de carga de Alemania, según la compañía. 24 de los 144 puertos de carga podrían ser supra-compresores con capacidades de carga de 350 kilovatios (kW), lo que supera al sobrealimentador Tesla con su capacidad de alrededor de 150 kW. De acuerdo con Sortimo, Innovationspark Zusmarshausen podría ofrecer ahorros de 29,5 millones de litros, o alrededor de 7,8 millones de galones, de combustible, y podría ahorrar casi 60.000 toneladas métricas de dióxido de carbono cada año.
Innovationspark Zusmarshausen va más allá de la visión típica de una gasolinera. Según la FAZ, la estación también podría contar con oficinas, tiendas y restaurantes; Sortimo dijo que la gente podría pedir comida antes de que lleguen para que puedan comer mientras su coche carga. Los viajeros pueden ser capaces de aparcar y cargar sus vehículos al mismo tiempo en el estacionamiento, tal vez incluso mientras trabajan en las oficinas en el lugar..."
Alemania Planea la Estación de Carga de VE más Grande del Mundo - Mundo Solar

domingo, 29 de enero de 2017

Saludos


Las sombras
alargadas aún
adormilan sus voces
en el desperezo del amanecer...
Domingo lento que avanza
caminando bajo los árboles...
Los ojos vagan divagan observan...
La luz va ajustando su foco
entre el follaje
que respira y susurra
en calma brisa...
Caminata del tiempo y la mía
que hincha su pecho
en suspiro complacido...
Un árbol gigante
se planta frente a mi.
Saluda sonriente
en su vaivén de ramas y verdores...
Entre sus hojas todo canta
en la vivacidad de sus plumajes.
Avecillas que inquieren de mi
en las preguntas del mundo...

¡Benditos seres, los saludo!

Los hombres dormitan aún
acaso vislumbrando
el duro sin fin de la semana
que vendrá.
Un universo de temores
rayan albas y ocasos del mundo...
Nuevos líderes en su ínfulas
cargando la tinta
de inciertas esperanzas.
Año veinte diez y siete.
Movimientos árduos
en los patios
de plebes y de reyes...

Y camino...
con un brillo de emoción
en los ojos...
Y otras avecillas
rondan sin miedos
junto a mi
sobre gramillas y veredas.
Los perros olfatean,
despejan mi paso
en ladridos quedos...
Toda la vida canta
en el reflejo de sus flores...
Y un poco más allá
el dolor de los hombres...
Aún,
yo saludo...
¡Salud a todos
seres de buena voluntad

Autoe: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 28 de septiembre de 2018

Fecundidad

Sí/
Sé muy bien
   por qué se yergue aún
      la columna de mis sueños
         vertebrada desde la sangre...

Mientras el mundo
   se pierde en sus condenas/
      trivialidades/
         indiferencias y avatares/
Mientras intercambia acalorado
   tribal veneno de discordias
      tribales sectarismos de cavernas/
   hay zaguanes que congregan
      espera y ansiedades.
Hay espacios que aroman
   el verdor pasional de los anhelos...

Hay un rincón/
por lo menos un rincón
   donde se esparce
en vital fecundidad
   la siembra de nuestras manos/
Manos que roturan
   la tierra tibia de nuestra sed/
¡Sed que amamanta
   la vastedad de lo posible!
Posibilidad canora
   de febriles aves
      y ancestral
         libertad de las gaviotas.

Sospecho que de nuestros pasos
   no quedará inmune este sendero/
Sospecho que cambiarán sus ojos
   los girasoles/
que brincarán libres
   las flores de las caricias/
      y las notas musicales
         de nuestro amor.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
Sí/
Sé muy bien
   por qué se yergue aún
      la columna de mis sueños
         vertebrada desde la sangre...

Mientras el mundo
   se pierde en sus condenas/
      trivialidades/
         indiferencias y avatares/
Mientras intercambia acalorado
   tribal veneno de discordias
      tribales sectarismos de cavernas/
   hay zaguanes que congregan
      espera y ansiedades.
Hay espacios que aroman
   el verdor pasional de los anhelos...

Hay un rincón/
por lo menos un rincón
   donde se esparce
en vital fecundidad
   la siembra de nuestras manos/
Manos que roturan
   la tierra tibia de nuestra sed/
¡Sed que amamanta
   la vastedad de lo posible!
Posibilidad canora
   de febriles aves
      y ancestral
         libertad de las gaviotas.

Sospecho que de nuestros pasos
   no quedará inmune este sendero/
Sospecho que cambiarán sus ojos
   los girasoles/
que brincarán libres
   las flores de las caricias/
      y las notas musicales
         de nuestro amor.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas

lunes, 26 de febrero de 2018

Paco De Lucia y del mundo

Paco De Lucía y del mundo
(Homenaje póstumo)

...Es que las notas tienen alas
y de tantas, vibrante raudal,
viento será, donde remontes.

Y allí vas, anhelante de mares,
de cordaje sonoro, estela dejas
de lejano pueblillo, ¡sueños vuelan!

Silbando, en las bordonas corren
las yemas endurecidas, acariciantes,
y de celos, las cantarinas resuenan.

Caja, diapasón, mástil,... galopan
bajo el brioso tropel de los dedos 
y del frenesí baja una dulce melodía.

Su rasgueo es palpitar del alma,
indómito sino, de flamenco el ritmo
como de cada ser, florece lo vivido.

Aquí quedamos, Paco, en nostalgias,
sonoridades altivas en los corazones,
el tuyo dijo basta, y ¡ya! labor cumplida.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

miércoles, 1 de marzo de 2017

miércoles, 3 de octubre de 2018

Cambio y fluir

"...Ciertamente vivimos en un mundo de posibilidades, y podemos vivirlos en la medida que estemos dispuestos a liberarnos de esquemas que nos acotan, desde nosotros mismos o desde el entorno...
El cristal de nuestra lente suele estar empañado de una nube de subjetividades, telarañas que nos confieren los nichos de las culturas, los falsos paradigmas y prejuicios adquiridos.
En la medida que ascendamos en humildad y crecimiento espiritual, quizás, iremos consiguiendo algún cierto grado de objetividad... La mirada más despejada del cóndor.
Bienvenido sea el cambio si es para bien, pero jamás impuesto ni coacionado, ello no tiene sustento y no perdura... Sin embargo debemos estar prestos a cambiar para que el cambio no nos pase por encima; a veces es necesario modificar anaqueles y estanterías de nuestra vida...
El humano por esencia es libre, y paradójicamente se acorrala a sí mismo con un sin número de ataduras, internas o externas...
Creo que el amor debería ser abierto, para que sea amor. No debe ser cortado, moldeado de ex profeso, a la medida del otro, sino desde SER, en primer lugar, nosotros mismos..."
Juan Carlos Luis Rojas

https://todo-es-uno.blogspot.com/search?q=cambio
"...Ciertamente vivimos en un mundo de posibilidades, y podemos vivirlos en la medida que estemos dispuestos a liberarnos de esquemas que nos acotan, desde nosotros mismos o desde el entorno...
El cristal de nuestra lente suele estar empañado de una nube de subjetividades, telarañas que nos confieren los nichos de las culturas, los falsos paradigmas y prejuicios adquiridos.
En la medida que ascendamos en humildad y crecimiento espiritual, quizás, iremos consiguiendo algún cierto grado de objetividad... La mirada más despejada del cóndor.
Bienvenido sea el cambio si es para bien, pero jamás impuesto ni coacionado, ello no tiene sustento y no perdura... Sin embargo debemos estar prestos a cambiar para que el cambio no nos pase por encima; a veces es necesario modificar anaqueles y estanterías de nuestra vida...
El humano por esencia es libre, y paradójicamente se acorrala a sí mismo con un sin número de ataduras, internas o externas...
Creo que el amor debería ser abierto, para que sea amor. No debe ser cortado, moldeado de ex profeso, a la medida del otro, sino desde SER, en primer lugar, nosotros mismos..."
Juan Carlos Luis Rojas

https://todo-es-uno.blogspot.com/search?q=cambio

domingo, 10 de enero de 2016

Adulación

“En el mundo no hay nada tan difícil como la franqueza y nada tan fácil como la adulación”.
Fiodor Dostoievski 





Adulación“En el mundo no hay nada tan difícil como la franqueza y nada tan fácil como la adulación”.Fiodor DostoievskiBuen domingo a todos...Juan Carlos Luis Rojas
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on domingo, 10 de enero de 2016

lunes, 23 de enero de 2017

Nacionalismos y patriotismos

"El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad."
Albert Einstein

...En la medida que el humano se aleje de su pequeñez, y asuma la posibilidad de su grandeza, entonces,  se hará  menos sectario, menos discriminador, no necesitará de escudos y blasones... Olvidará sus fronteras...   
¿Se alejara de sus pequeñeces?...
Seguramente, surgirá aquí, desde algunos puntos de vistas,  el argumento sobre la "necesidad de la defensa de la patria". ¿Será así? Sin embargo, no siempre se lo "defiende" en sentido de justicia, sino, al contrario, en razón de intereses mezquinos , de corporaciones, de políticas, de tiranos, etc. No siempre siquiera roza algún  interés justo de la gente, si no por el contrario, como dice León  Gieco, "la guerra es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la pobre inocencia de la gente".
Bastará que existiese alguna coyuntura de este tipo y la "manada" (que me disculpen los otros animales), corre tras ello con una fe mística, más que religiosa, y se construyen los fanatismos, y algunos desastres del mundo... Se marcha con esas frases como la patria, el honor, la tierra, la madre, el dios, etc.
Muchas veces  (muchos ejemplos), las guerras se inventan... se inventan enemigos por diversas razones, hasta para distraer o llamar la atención política y del voto... Por tierras, por petroleo, etc.
Y no todo el mundo tiene la suficiente elevación e integridad moral como para  decir, NO, a la barbarie, y a la "sin razón"; a veces por convicciones espurias, otras por pensamientos  cortados por lo mistico...
Puede que haya razones para defender con la guerra ¿?, pero alguien dijo que, "más se defiende con la paz que con la guerra"; Simón Bolivar, enunció: "De la paz se debe esperar todo, de la guerra nada más que desastre."
Erwin Rommel, (también nombrado Zorro del Desierto), tuvo que decir no, desairar, en algún  momento a Hitler, aunque pagó con su vida, pero sabía que todo lo que se proclamaba era un falso patriotismo y una propaganda tras otra para inventar la guerra, la guerra de un tirano... Un dictador que arrastró a multitudes, pero, construyó ese poder porque tuvo gente que lo apoyó con actitudes belicistas y de falsos o equivocados patriotismos.
Es lógico, se entiende, que hago esta reflexión desde más allá de muestra realidad actual, desde una utopía acaso; sin embargo, también  hubieron utopías en el pasado, concretadas al presente. Creo que todo lo imaginable es posible de realizarse. Creo que el hombre no debe quedarse arrellanado en el llano de su pensamiento. Debe acostumbrarse a mirar más allá de sus narices; al horizonte y hacia las cumbres. Es la actitud, la que le da calidad a la acción y al resultado. A lo positivo y plausible no se le ha de poner tropiezos basados en el temor.Eso,  y no lo otro, hará a su elevación.

jueves, 15 de marzo de 2018

Olvido del mundo

Y era la realidad/
bajo lo umbroso
de nuestros sueños,
el acompasado latir
que empujaba la sed/
de cálidos torrentes...
Sí/
era la extensión
de piel sobre piel,
fusionadas/
fluyendo/
en ósmosis febril,
y susurros,
y cantares,
fraguando la eternidad
de nuestra dicha
en completo olvido
del mundo.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 31 de diciembre de 2015

Fin del año 2.015. ¡Buen año a todos!


Buen día a todos, familia, amigos, en este último día del año 2015...

No podré llegar a cada uno de ustedes con mi pequeño y humilde saludo, y continente de deseos, de bienaventuranzas para todos... Por eso lo hago público simplemente aquí, desde mi muro... Sin embargo sepan, que es grande desde mi corazón.

Sé que el año que viene será, simplemente otro más, de luchas en lo cotidiano, pero a la vez especial, en cuanto a la oportunidad que tenemos de hacer lo mejor, desde cada uno de nuestros lugares, sin discriminaciones prejuiciosas y limitantes, ni para el mundo ni para nosotros; dejando de lado, en el mayor grado, eso que a veces se encuentran en nuestras falencias humanas; y en su lugar, conciliemos con la mayor de las armonías y paz.

Les deseo prospera felicidad, y felicidad en los logros, porque al fin, de eso creo que se trata, de vivir feliz; e ir por ello, con la vista no sólo en nosotros, sino también en nuestro mundo.

¡Gran y afectuoso abrazo para cada uno de ustedes! Felicidades!!

Juan C. L.Rojas



Fin del año 2.015. ¡Buen año a todos!Buen día a todos, familia, amigos, en este último día del año 2015...No podré...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on jueves, 31 de diciembre de 2015

martes, 5 de abril de 2016

Nacimientos

Por cada quien en el mundo, una multitud de esperanzas barriendo el horizonte.
Juan Carlos Luis Rojas




Por cada quien en el mundo, una multitud de esperanzas barriendo el horizonte.Juan Carlos Luis RojasBuen martes a todos, amigos...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on martes, 5 de abril de 2016

domingo, 22 de abril de 2018

La misma raíz (A, Andrés Eloy Blanco)

"oh mi fuerte Orinoco, te filtró toda el agua.

Tú mismo,
desordenado,
pródigo,
invasor,
subversivo,
venezolano,
tú mismo
llevaste las dragas que te roen el fondo,
como tu propio pico de pelícano."
A, E. Blanco

                         

En el alto espacio donde los dioses respiran/
    ¡sueñas!... Oh, estrella derramando poesía.
Artífice/ artista/ armonioso diapasón de lo cósmico/
Poeta de anhelos eternos.../ ¡permaneces!/ 
Abarcado y abarcante del expandido suburbio del eter.

Yo también te saludo, desde mis ríos, mis bosques,
    espejos de estrellas, puente verde y sideral
hacia tus cumbres de lava vigorosa.

Un coro de sonoridades canoras 
    trasitan los cielos de americana esperanza,
y danzan al mundo tus sueños, 
    mis sueños, nuestros sueños.

Del continente indio afloran rostros entre el follaje... 
y los pintores ahora ya pintan tus angelitos negros.

Hoy y mañana te abrazo, en azules 
    quebrados y curvos trazos de mi pluma.

Propongo la misma raíz de tus sueños
esta sed de continente, esta sed de mundo
este anhelo, de justicia y al fin
    un retoño de paz y armonía fecunda.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas


viernes, 30 de junio de 2017

Universo de colores

Universo de colores

Es evidente que, muchas veces, no desplegamos la capacidad de ver lo diverso. Y algunas personas tenen su espectro muy acotado y viven en sus extremos. Parece que resulta difícil o imposible hacer balances. Entonces todo resulta negro o todo blanco. Parece que resulta mas fácil ir del amor al odio o viceversa que ver las cosas en su contexto y circunstancias. Hasta los políticos, cuando son votados, creen que hay aprobación, sin excepción, en todo su paquete de proyectos y medidas; y los (acaso, muchos eleccionarios y votantes), suelen ir de fanatismos extremos, a la desidia de la indolencia y el "no me importa".
En el entorno familiar, los padres pueden ir, de una educación "castradora" o otra totalmente liberada y laxa...  ¿Parece que se les hace difícil discernir, lo bueno o lo malo, de lo uno o lo otro?...
El humano se suele aferrar a un color sin ver los otros colores del espectro. Desde ya, tenemos cierta incapacidad, como especie, de no poder ver alguna franja de frecuencias,  que, sin embargo, sí pueden hacerlo otros animales.  Gran parte de esta condición, es anteojera de nuestra mente, donde esa imposibilidad es sólo debido a nuetra terquedad y obcecada condición mental , que sólo ve bultos, y no es capaz de discriminar, discernir, partes, detalles, ideas, circunstancias. Es por la irracionalidad y pobreza de espíritu que los hombres suelen necesitar jueces y mediadores.
Vivimos incapaces de ver nuestro Universo a pleno. Muchos suelen cometer el grave "pecado", de juzgar por un acto, la calidad total de una persona. Por una sola actitud errada descalifica a uno; o por una bonanza de otra, la hace totalmente buena.
Por esta suerte es, que moriremos, seguramente, con los mismos juicios con que hemos juzgado.

No juzgues... pero sí

Es cierto. De una u otra manera seremos juzgados. Es cierto también, aquello de que: "con la misma vara con que ustedes miden, se les medirá". Mat. 7:1-29. Y, sin embargo, por otro lado, no podemos andar por la vida sin tener algo de juicio... juzgar en cierta forma. Allí estriba nuestra responsabilidad. Tender hacia el bien. Juzgar con ecuanimidad.
Tomamos decisiones en cada momento que requieren de nuestro criterio y definición. Vivimos en un mundo en donde necesita construcción y corrección. A menos que seamos ermitaño o egoístas, debemos intervenir en él desde nuestras capacidades y posibilidades, pero fundamentalmente desde nuestro amor, que es lo que va a definir la calidad de nuestros actos. Significará responsabilidad, y a la vez, atenernos a las consecuencias. Es muy fácil la felicidad de aquellos que se olvidan hasta de sus seres más cercanos, o cumplen, apenas, como si un animal fuera. O aquellos, que con la excusa de atender a su entorno se desentiende del mundo hasta en lo más pequeño. También el querer escapar de responsabilidades suele ser estresante, enfermizo y enfermante... "...el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho." Luc. 16:10
Juan Carlos Luis Rojas